
Hay un ángel especial en forma de madre; se convierte en refugio en medio del abandono, quien sabrá consentir y muchas veces proveer con manos cálidas a tus hijos. Esas que saben dar amor en sus comidas, con una costura, un consejo y en esos abrazos que sostienen.
Hay un ángel llamado amigo, no de esos que buscan recibir algo de tu cuerpo, sino aquellos que ven tu potencial en medio de la necesidad y se convierten en barco seguro en medio de la tempestad; de esos que saben arreglar, componer y aprietan tan fuerte que te reinician.
Hay un ángel llamado amiga; ella en medio de sus propias luchas puede darte los mejores momentos. Su sonrisa y la salida a tomar un café te regala un día más para vivir y reencontrarte con lo que te hace mujer.
Hay un ángel llamado amor, ese que no es tan sencillo encontrar por todo el miedo y las malas experiencias del pasado; pero cuando encuentras el momento indicado y decides darle una oportunidad tendrás quien te sostenga y te saque de la rutina.
No siempre contamos con todos esos ángeles, algunas vamos por la vida con menos y otras con más; pero el que nunca debe faltar es Dios. De Él vendrá todo lo que nos falte y la ayuda para que nuestros hijos salgan adelante.
Marsh
Septiembre 7 de 2022
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